Los agujeros de gusano han sido un elemento básico de la ciencia ficción durante décadas. Estos hipotéticos atajos a través del espacio y tiempo han suscitado la imaginación del hombre, pero ¿realmente es posible viajar a través de ellos?
Los agujeros de gusano, también conocidos como puentes de Einstein-Rosen, son túneles teóricos a través del tejido del espacio-tiempo que podrían permitir un rápido desplazamientos entre puntos muy distantes, como por ejemplo, entre una galaxia y otra. Si bien su existencia es una posibilidad de acuerdo con la teoría de relatividad general de Einstein, dichos viajes probablemente permanecerán en el reino de la ciencia ficción.
De acuerdo con el astrofísico Kip Thorne, del Instituto Tecnológico de California en Pasadena, Estados Unidos, quien fungió como asesor y productor ejecutivo de la película Interestelar, dirigida por Cristopher Nolan, hay fuertes indicios de que los agujeros de gusano que permitirían ser atravesados por un ser humano están prohibidos por las leyes de la física.
La barrera principal tiene que ver con la inestabilidad de los agujeros de gusano, ya que si no hay algo que los atraviese y mantenga abiertos, las paredes básicamente se colapsarían tan rápido que sería imposible viajar a través de ellos.
Mantener un agujero de gusano abierto requeriría la inserción de algo que anti-gravitara, es decir, energía negativa. En esencia, una región del espacio tomaría prestado energía de otra región que inicialmente no poseía ninguna, creando un déficit.
Si bien la energía negativa se ha creado en laboratorios mediante los efectos cuánticos, existen indicaciones de que nunca se podría obtener la suficiente energía negativa para repeler y mantener abiertas las paredes de un agujero de gusano. Por lo tanto, viajar a través de ellos sería imposible. Además, si es que existen los agujeros negros “atravesables”, es casi seguro que no podrían ocurrir de forma natural, de acuerdo con Thorne.
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