Los investigadores del Hospital General de Massachusetts en los E.U. han hecho un gran avance creciendo partes de cuerpo artificialmente ya que han crecido con éxito una extremidad de rata funcional con el uso de una técnica que eventualmente podría conducir a reemplazos totalmente naturales para miembros humanos.
Los músculos y las venas se pueden cultivar en laboratorios, pero hasta ahora nadie ha repetido el truco con toda una extremidad debido a la combinación de diferentes tipos de tejidos involucrados (músculos, huesos, cartílagos, tendones, vasos sanguíneos, etc.). Para resolver el problema, los científicos copiaron una técnica ya utilizada para cultivar órganos en el laboratorio.
Para empezar, utilizaron una extremidad donada de una rata fallecida y la despojaron de todo su material celular, sólo mantuvieron la matriz vascular y el nervio primario retenido para formar la base de la nueva extremidad. Al mismo tiempo, las células vasculares y musculares tomadas de una segunda rata se cultivaron cuidadosamente. Usaron un recipiente especial biorreactor, y el miembro muerto fue inyectado con las nuevas células vasculares y progenitoras de músculo.
Mediante el uso de una solución nutritiva especial y dosis regulares de la estimulación eléctrica, los científicos fueron capaces de crecer con éxito el nuevo miembro. Las células vasculares funcionaron normalmente mientras que los músculos se contrajeron a 80% de la fuerza de los músculos que se encuentran en los animales recién nacidos.
Todavía es necesario hacer una gran cantidad de progreso antes de poder hacer crecer una extremidad humana, pero los hallazgos publicados en la revista Biomaterials son alentadores. Para Ott y su equipo, el siguiente objetivo es repetir el procedimiento con un babuino antes de comenzar el trabajo para cultivar una extremidad humana en el laboratorio y poderla unir al cuerpo sin efectos secundarios adversos.
Los avances científicos harán que el proceso de los trasplantes de extremidades naturales pueda ofrecer muchas ventajas con respecto a las prótesis robóticas como la capacidad de sentir el calor y la presión, además de un proceso de aprendizaje más natural para el cerebro.
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