miércoles, 23 de marzo de 2016

Así es un tocadiscos


El tocadiscos es una de las obras más perdurables dentro de los equipos musicales. Desde su invención en el siglo XIX, el tocadiscos reprodujo música con diversos y variados discos y cilindros. Aunque fue eclipsado desde la década de 1980 por las unidades de cinta magnética, los reproductores de CD y los sistemas digitales de música, el tocadiscos sigue siendo venerado por los amantes de la música por su calidad de sonido y valor nostálgico.

El aguja en un tocadiscos es la encargada de leer las sinuosidades contenidas en el surco, y debe estar en contacto permanente con el disco y siempre tendría que existir una superficie grande de contacto entre estos dos.
Los tocadiscos surgieron con la idea de reproducir los discos (y los de acetato también), de forma eléctrica y no mecánica. La reproducción eléctrica de los discos traía muchas ventajas: control de volumen de la reproducción, el tocadiscos se encuentra dotado con un motor eléctrico que hacía que el plato giradiscos rotara a una velocidad constante de 78 RPM, 45 RPM o 33 RPM, logrando así más fidelidad en el sonido. La disminución del peso del brazo traía también menor desgaste del disco por el peso del mismo, entre otros beneficios.

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