Todo el mundo ha pasado noches en vela alguna vez en la vida. El insomnio es un padecimiento habitual en nuestra sociedad, aunque el problema se acentúa cuando dormimos en cama ajena. Ahora, la ciencia ha descubierto el motivo por el que nos cuesta quedarnos dormidos en una cama que no es la nuestra.
Todo se debe a un mecanismo de autoprotección. En nuestro cerebro, el hemisferio izquierdo se activa cuando detecta que dormimos en un sitio extraño. Se mantiene más alerta de lo normal durante toda la noche, lo que puede impedir un descanso total o incluso mantenerte toda la noche despierto.
Después de décadas estudiando los mecanismos que se esconden detrás del sueño, investigadores de la Brown University, de Estados Unidos, han descubierto que todo se debe a una anormal actividad cerebral mientras dormimos.
Para probarlo ha sido necesario encerrar a una muestra de voluntarios para monitorizar su cerebro durante el sueño. Con encefalogramas, descubrieron que su hemisferio izquierdo no sólo presenta más señales de actividad, sino que nos despierta más rápido cuando escuchamos ruidos a través del oído derecho.
Se trata de una defensa natural construida por nuestro organismo, probablemente algúnmecanismo atávico heredado de nuestros antepasados de hace miles de años. Hasta que la humanidad se estableció en sociedades y ciudades sedentarias, el nomadismo era el hábito.
Dormir en lugares distintos era lo habitual, por lo que se hacía imprescindible estar alerta para detectar posibles amenazas.
El conocido como “efecto de la primera noche” queda así explicado. Los encargados de realizar el estudio han confesado a The Guardian sentirse satisfechos ante sus descubrimientos, y es que la dificultad para conciliar el sueño en una cama extraña era una incógnita por resolver desde hace décadas.
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